J.S. Sansano

Repaso lecturas 2022

El 2022 ha sido un año muy especial para mí. Muchos viajes y una boda que nunca olvidaré. Un pequeño respiro dentro de lo mal que lo venimos pasando desde el 2020, entre pandemias, crisis, y guerras que parecen no tener fin —o desenlaces muy funestos—.

En el apartado literario, también me ha cundido bastante.

He descubierto nuevos e interesantes autores. Como David Jiménez, con su libro «El Corresponsal», impactante y convincente, del que subiré reseña muy pronto. Andreu Martín, con «El Blues de la Semana más Negra», una acertadísima propuesta entre novela negra y musical, que no tiene desperdicio. O Joaquín Camps, con el larguísimo «La Última Confesión del Escritor Hugo Mendoza», una obra densa y ambiciosa, que atrapa irremediablemente conforme las diferentes capas de su historia se pliegan sobre sí mismas en un macizo consistente.

He vuelto a leer algunos de los libros que me marcaron en su momento. «El Hambre Invisible», de Santi Balmes, cuya reseña tenéis por aquí, del que no escondo la fascinación que me provoca. Y «Mundo Feliz», de Huxley, que nos transporta a esa utopía donde la felicidad se basa en determinar el valor de las personas desde que nacen, en acabar con la frustración y abaratar el placer; escrito por una mente preclara, de una inteligencia sobrenatural.

el hambre invisible jssansano

Me he atrevido con algunos clásicos —aunque admito que no son lo mío—. «El Exorcista», la edición de «mi abuelo», que me sorprendió al contar con ciertos matices diferenciadores respecto a su homóloga cinematográfica.

Y por supuesto, retomé algunos de mis autores habituales, que siempre me hacen sentir como en casa. Con «Leviatan», de Auster, con el que tuve algunas reservas hasta que lo terminé, y todas las piezas encajaron a la perfección. O «Rey Blanco», de Gómez-Jurado, que, si bien lo disfruté y leí con una rapidez inusitada, no me pareció el remate final para una obra con tanta repercusión.

En definitiva, he tenido tiempo para leer, ¿de qué me voy a quejar?

No se me da bien meditar, tengo una mente ruidosa. Al intentar dormir, los pensamientos se me cruzan como aviones pidiendo pista. Yo me digo: «deja eso para los despiertos, deja eso para los despiertos…». A veces funciona. Por eso, leer es mi «meditación». Me transporta, me convierte en el director de cine de las películas cuyos guiones tengo entre las manos.

Una pena no poder leer igual de rápido que Número 5, en «Cortocircuito» —he ahí una referencia boomer—, para poder abarcar en un mismo año todo el catálogo de libros que me gustaría. En fin.

Y vosotros, ¿qué? ¿Habéis leído mucho en 2022?

cortocircuito número 5 jssansano