J.S. Sansano

«Por si las Voces Vuelven», de Ángel Martín

Me decidí a leer este libro porque el tema que trata me fascina. Considero que la locura, como pequeña ventana al potencial de nuestro cerebro para inventar y transgredir el fondo palpable de las virtudes que conocemos, tiene muchas capas de interés. Algunas de mis historias favoritas giran en torno a este principio de locura y dualidad mental —véase, ateniéndose a spoilers, el «Club de la Lucha», «Una Mente Maravillosa», «El Juego del Ángel», o la incomprendida «Swiss Army Man»—.

El libro empieza sin rodeos, descargando una sinceridad cruda y emoción descarnada en sus palabras. Desde las primeras páginas, resulta una lectura interesante, proponiendo cuestiones que te harán replantear tu propia cordura; como en el caso de la voz interna del narrador en tu cabeza, una inmersión sutil, pero eficaz, en la locura.

La narración es tan cercana que hasta los relatos más increíbles del autor resultan convincentes. Suena a ficción en algunos casos, a cuadratura del círculo si me apuras, pero gradualmente, conforme avanzas en la lectura al ritmo que marca su autor, que no es otro que el apropiado para empatizar con un trastorno tan complejo como él solo, la conexión se hace más profunda cada vez, hasta llegar —no lo digáis en voz alta— a probar un poco de esa locura que se describe.

La lectura es amena además de interesante. No dudo en absoluto que pueda ser una guía muy útil para cualquiera en una situación similar. Incluso para los que no, llegados a los últimos compases del libro.

por si las voces vuelven, Ángel Martín

La estructura de la narración va y viene repetidas veces sobre los mismos hechos, recalcando ciertos aspectos o dando nuevas pinceladas sobre los ya conocidos. Esto, siendo un acierto en principio para mantener el foco de atención sobre lo sucedido tras su estancia en el hospital, en el último tercio del libro se hace un tanto repetitivo y emborrona el ritmo de las escenas.

En conclusión. No soy muy fan de los libros de autoayuda o de ayuda en general, me van más las historias —y que cada uno se apañe su mensaje—. Pero este en particular me ha convencido. Es entretenido y, más que dar consejos, pretende ampliar nuestro punto de vista exponiendo una realidad que ha sido muchas veces tratada con injusticia y estigmatizada por la ficción. Es imposible no quedar fascinado por la complejidad que alcanzan algunas tramas de su cabeza, y lo complicado que ha debido ser volver al mundo real, uno mucho más desordenado y grisáceo de lo que parecía. Al terminar, uno se queda con la lección aprendida: de la locura, como de casi cualquier cosa que no te mate, se sale fortalecido y con nuevas herramientas, si aprendes a usarlas.

Aprender a escuchar nunca fue tan importante. A muchos nos vendría bien probar un poco de esa locura; aunque sea a través del libro. A veces echo de menos esa época en la que NO tenía tantas responsabilidades, y mi cabeza estallaba en un sinfín de historias y diálogos que pretendía explorar en futuros proyectos. La de veces que me habré acurrucado en un rincón de mi mundo actual, a gimotear y autocompadecerme, pensando que nunca volverían.

Pero sí lo hacen, las voces, al final, siempre vuelven…

por si las voces vuelven, Ángel Martín